“Cuando aparece el poder, necesita de un lugar de residencia, con sus almacenes, sus cuarteles y sus templos. Allí donde hay Estado, hay también ciudad”. Pierre Clastres.

 

Se entiende entonces la ciudad como una invención del Estado y es ahí, atendiendo la civilización como práctica histórica, donde se desenvuelven conceptos claves como progreso, generando la formación de sociedades de poder coactivo, en razón al “desarrollo”. La ciudad capital de cada país generalmente es el lugar con mayor énfasis en el que se despliegan de manera simbólica y empírica las formas de poder Estatales/económicas a nivel de reglas y códigos que determinan directamente la manera de hacer la vida. Es la ciudad el escenario vivencial donde la estructura económica e ideológica se capitaliza, y es justamente la calle el núcleo que soporta su conformación y es de esta, la vereda su base principal. La vereda es la primera piedra de la institucionalidad política, es el punto de centralización. La palabra capital, refiere al lugar central de un país, y al mismo tiempo, es la fuente que genera recursos dentro del sistema económico capitalista, donde los medios de producción son privatizados. La capitalización es la fijación del capital en cuanto al interés de producción. Esta forma organizativa de vida, vinculada al poder (opresores y oprimidos), por ende, al trabajo asalariado, genera formas de vida esclavistas y una relación de omnipotencia frente al paisaje o la naturaleza.

 

La acción consta de trasladar una vereda del centro de la ciudad de Santiago hasta el desierto de Atacama. Es decir, mover el molde estructural más básico hasta uno de los lugares más despoblados. El desierto siempre ha estado en concordancias matéricas y metafóricas a lo desolado, a un lugar donde “no hay nada”, a un punto de extravío, a un área de tierra dispersa relacionada a lo ilusorio. “No desear es no carecer” apunta Montes García. A su vez, el desierto de Atacama en específico siempre ha estado involucrado a ejercicios de explotación de recursos minerales vendidos para su circulación dentro de los medios capitales.